El helio se puede utilizar para detectar fugas y prevenir la contaminación de los materiales. El helio no es tóxico ni peligroso, es inerte y al tener segundo tamaño molecular más pequeño,
se aplica en el área sospechosa de fuga, debido a que penetra fácilmente incluso en las fugas más pequeñas. Es posible utilizar el helio para la detección de fugas en diversas aplicaciones, como unidades de aire acondicionado y refrigeración, lámparas y tubos de iluminación, equipos eléctricos, componentes semiconductores, piezas de automóviles, paquetes de baterías de litio, sistemas de envasado (alimentos, aerosoles), sistemas de vacío, recipientes a presión, manómetros, reguladores, compresores y envases herméticos.
Desde el punto de vista de la seguridad, las pruebas de fugas pueden evitar que gases y líquidos peligrosos escapen del sistema de contención y entren en el entorno de trabajo, y también en el caso contrario, cuando la entrada de gases o líquidos externos en el sistema de contención podría poner en riesgo la integridad del proceso..
El helio en pruebas de fugas permite garantizar la fiabilidad de los equipos, ya que protege la integridad del sistema, ayudando a evitar la entrada de contaminantes. Así el sistema seguirá funcionando correctamente, al minimizar los contaminantes internos y las reacciones químicas adversas, que pueden causar fallos, además de tiempo de inactividad.
Muchos sectores utilizan espectrómetros de masas y helio para detectar pequeños orificios o desgarros en los equipos, evitando que los defectos de fabricación pasen desapercibidos y llegando a impedir fallos catastróficos, antes de que se produzca un desastre.