Protege tus materiales y productos sensibles y de alto valor, como formulaciones biológicas, vacunas, cultivos iniciadores y fármacos no acuosos basados en disolventes, mediante liofilización, congelándolos con nitrógeno líquido (que consigue temperaturas ultrabajas) para después deshidratarlos al vacío.
Es la mejor forma de conservar materiales que no pueden soportar el oxígeno o el calor, o que pierden sus propiedades en estado líquido, ya que este proceso les permite permanecer altamente estables en su forma deshidratada. Algunos ejemplos son antibióticos, vacunas, productos sanguíneos, proteínas, anticuerpos, enzimas, bacterias, virus y productos químicos finos.
El nitrógeno líquido se puede utilizar en lugar de la refrigeración mecánica de forma económica y eficaz en procesos de liofilización o precongelación, aumentando su viabilidad y rendimiento.