
El ozono se puede añadir en varios puntos a lo largo del proceso de potabilización del agua: en la fase de pre-oxidación, oxidación intermedia o desinfección final.
El ozono es un producto inestable. No se puede almacenar y debe producirse in situ a partir de oxígeno mediante generadores específicos. En Carburos Metálicos, siendo uno de los mayores productores de oxígeno, hemos desarrollado a lo largo de los años la experiencia que nos permite ayudar a nuestros clientes a optimizar sus procesos con ozono.
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¿Debo usar oxígeno o aire para mi generador de ozono?
Para convertir el oxígeno en ozono, es necesario romper y reformar sus moléculas. Este proceso utiliza energía eléctrica para descomponer las moléculas de oxígeno. Este proceso generalmente se lleva a cabo con generadores de ozono de alta tensión (descarga de corona). Una vez separadas, la mayoría de las moléculas se volverán estabilizar en forma de oxígeno. Sin embargo, en este proceso una parte del oxígeno se convierte en ozono. Se requiere de un alto consumo energético para romper la molécula de oxígeno y obtener un caudal con baja concentración de ozono. Si se usa aire, los generadores consumirán mucho más energía que usando oxígeno puro debido a la alta concentración de gases inertes como el nitrógeno. Los procesos que utilizan oxígeno puro son más eficaces debido a la concentración de este gas. Paralelamente, la concentración de ozono puede pasar de ser del 3-4% con aire hasta el 12-14% si se usa oxígeno, y la energía requerida sería tres veces menor. El caudal de ozono altamente concentrado es también más eficaz en términos de transferencia de masa para otros usos.
Los gases de Carburos Metálicos, normalmente suministrados en estado gaseoso o líquido, permiten a los clientes de una amplia gama de sectores mejorar su rendimiento medioambiental, la calidad del producto y la productividad.
Además de su uso como gas respiratorio para aplicaciones sanitarias, sus propiedades, fuertemente oxidantes, benefician a muchos sectores industriales, al mejorar los rendimientos, optimizar procesos, reducir costes y la huella de carbono, en comparación con otros combustibles.