Alrededor del 80 por ciento del consumo total de energía del mundo proviene de combustibles fósiles*. Hay consenso en que, en última instancia, debemos abandonar el suministro de energía basada en combustibles fósiles. Ahora se están dando pasos concretos con objetivos a largo plazo para frenar las emisiones de carbono y llegar al cero neto a mediados de siglo.
Los consumidores están adoptando tecnologías que utilizan la electricidad producida a partir de fuentes de energía renovables como la energía solar y eólica. Un ejemplo de este cambio tecnológico es la aparición de coches eléctricos de batería. La electrificación del transporte ligero es un signo real y muy visible de aceptación por parte del consumidor de los cambios que deben realizarse. Pero eso por sí solo no será suficiente para provocar el enorme cambio necesario para descarbonizar el mundo.
Como dije en el evento S&P Global Hydrogen Markets Americas, necesitamos escalar tecnologías limpias que también descarbonicen los sectores de transporte pesado e industrial para cumplir nuestros objetivos de transición energética. Ahí es donde entra el hidrógeno. Para los mercados difíciles de electrizar, el hidrógeno limpio es la respuesta. Según un informe del Hydrogen Council en colaboración con McKinsey & Company**, el hidrógeno puede ayudar a reducir las emisiones globales hasta en un 20%, y producirlo y transportarlo a gran escala puede reducir el coste de la transición energética en 6 billones de dólares. Esto libera recursos para invertir en otras acciones de mitigación del cambio climático que aceleren la transición energética.
En cuestión de seguridad y operaciones, el hidrógeno está bien regulado. Es un mercado activo competitivo que es rentable y eficiente para los usuarios finales. Y cuando el hidrógeno se utiliza como combustible, las únicas emisiones generadas son vapor de agua. El hidrógeno limpio es una fuente de energía ideal y probada para autobuses y camiones de transporte pesado, transporte aéreo y marítimo. El hidrógeno también puede desempeñar un papel clave en la descarbonización de otros mercados, como la generación de energía eléctrica y aplicaciones industriales como la producción de acero, vidrio y cemento donde se necesitan temperaturas muy elevadas.
Gran parte del trabajo está ya en marcha. Air Products se ha comprometido a invertir al menos 15 mil millones de dólares hasta 2027 en proyectos de energía limpia con hidrógeno en todo el mundo para impulsar la transición energética. Estos proyectos abarcan desde las mayores instalaciones de producción de hidrógeno verde más grande del mundo en NEOM, Arabia Saudí, hasta un complejo de energía limpia en Louisiana que incluirá el mayor proyecto de captura de carbono para secuestro del mundo, además de proyectos de producción de hidrógeno verde en el norte del estado de Nueva York y en Arizona. Proyectos de primer orden como éstos son la piedra angular para construir la economía del hidrógeno y proporcionarán hidrógeno de baja intensidad de carbono a escala mundial.
Sabemos que se necesitan varias soluciones simultáneas para la descarbonizar, y es fundamental contar con un campo de juego nivelado para poder implementarlas con rapidez. Cada tonelada métrica de dióxido de carbono contenida o sustituida hoy tendrá un beneficio exponencial en los próximos años. Mediante la producción de hidrógeno donde se necesita y cuando se necesita en una cadena de suministro globalpodemos asegurarnos de que, cuando una empresa, estado o país decida realizar el cambio para limpiar el hidrógeno, sepa que dispone de un suministro seguro y fiable para cumplir sus objetivos de sostenibilidad.
Los marcos legislativos de apoyo en todo el mundo ya están teniendo un efecto positivo. La clave ahora es que el sector y los responsables de la formulación de normativas se centren en los programas de generación de demanda para mantener el impulso legislativo y social. De este modo, podemos crear un futuro más limpio para todos.
* International - U.S. Energy Information Administration (EIA), Datos de 2021
** Global Hydrogen Flows, Hydrogen Council / McKinsey & Company, octubre de 2022